Road Trip Grecia: De Delfos a Meteora



Despertamos en Delfos con un día soleado y agradable. Después del desayuno fuimos a visitar el sitio arqueológico de Delfos, en donde destaca el Monte Parnaso, por encima de las ruinas de lo que fue una esplendorosa ciudad. Entre ella paseamos buscando la Roca de Sibila, el oráculo de Delfos. En el museo adyacente pudimos entender muy bien como era esa ciudad, con obras de arte espectaculares, como “las tres bailarinas”, la esfinge de león alado y los gemelos de Argos, entre otros muchos.







A continuación nos acercamos al antiguo gimnasio y por último al templo de Atenea, la típica Estampa de Delfos, ideal para meditar si no te molesta ningún grupo de viaje de estudios, como en nuestro caso. Este es un lugar precioso que desprende mucha magia, no es de extrañar que los antiguos griegos creyesen que era el ombligo del mundo.








Cogemos la furgoneta de nuevo y nos dirigimos a Meteora. El camino se hizo muy largo y paramos a comer en un Carrefour de carretera, compramos ibéricos de España, pan normal y nutella, A propósito de las carreteras de Grecia, hay que destacar su peculiar forma de conducir: adelantamientos locos, triples carriles cuando solo hay dos, van por el arcén para que el resto adelante por el medio a y a los peatones nunca les respetan, hay que tener muchsiimo cuidado.

Al llegar cerca de Meteora fuimos preguntando en algunos hoteles de Kalambaka, el pueblo más cercano. Subimos directamente a ver los monasterios, aunque ya se hacía tarde, pero fue un momento mágico, todos quedamos impactados con los monasterios que cuelgan o encumbran las altísimas montañas






Un poco más tarde fuimos a buscar más hoteles entre Kastriki y Kalambaka, estuvimos en más de 10,  hasta que decidimos quedarnos en el “Spanias” El hombre que nos atendió en la recepción no sabía inglés, solo alemán, pero nos apañamos. Por 100 euros el grupo de 5 personas, con desayuno incluido e Internet gratis en un ordenador del hall del hotel. El comedor es grande, con chimenea, aparcamiento delante del hotel, y ventanas con balcón que miran hacia las montañas y sus monasterios. Es similar a un hotel rural, regentando por una familia. Está bastante bien. Sin ascensor, ( porque en Grecia no hay ascensor en casi ninguna parte). Limpio y agradable, siempre teniendo en cuenta que solo pernoctamos una noche en el hotel.


Esa noche cenamos en un restaurante con parrilla muy cercano del hotel. Fuimos pronto a acostarnos para el día siguiente madrugar y visitar lo monasterios. Esa tarde noche llovió sin parar en todo el norte de Grecia, por eso las fotos no son muy espectaculares.

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