Que lugar tan bonito. El viaje se me hizo un poco largo porque no paraba de llover, pero eso le daba cierto encanto al paisaje, y mucha tranquilidad al pueblo. A medida que pasaba el tiempo, la lluvia se fue haciendo más débil, y nos permitió hacer una "mini-excursión" a las cascadas de Oneta, en el concejo de Villayón.
Al día siguiente nuestra comida fue un bocata en la preciosa playa de Pormenande ya en el concejo de El Franco, y de ahí, a la Reserva Natural de Barrayo, en Valdés. Terminamos paseando por la playa de Otur, agotando los últimos minutos del precioso día que tuvimos la suerte de poder disfrutar.
Y como colofón...Esta preciosa puesta de sol, que nos regaló el Cabo Vidio, para que nos fuéramos a casa contentos.
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